No te olvidamos, querido Jose. Eres Aricel y siempre te recordaremos

Sobra decir que te echamos de menos. Tu entrega, tu cercanía, tu disponibilidad, tu juicio siempre bien medido y ponderado, tus consejo. ¡Cuántas veces, en esos días en los que la luz se apaga y sobreviene la sombra de la oscuridad, nos hemos preguntado cómo habrías afrontado tú, maestro de las profundidades del ser, los torcidos caminos por los que deambulamos! Al cumplirse el quinto aniversario de tu partida, volvemos a profesarte nuestra admiración, nuestro cariño y nuestro agradecimiento, por el legado tan grande que nos dejaste.